¿Sabías que…
… el 99.8% de las empresas españolas son pymes y generan dos tercios del empleo total de nuestro país?
… el 13% del empleo empresarial es generado por autónomos y casi un 40% se corresponde a microempresas y pequeñas empresas?
… los ingresos de estas empresas son por lo general bajos (más del 95% de las empresas tiene ingresos inferiores a los 2M/año)?
La transformación digital se ha convertido en algo esencial, especialmente tras la situación derivada del COVID. Sin embargo, la precipitación y, en ocasiones la falta de recursos, hacen que podamos cometer errores. Además, para la mayoría de las empresas, es inasequible disponer de un departamento de ciberseguridad que se encargue de proteger a las mismas y reaccionar frente a incidentes. Por tanto, la responsabilidad de la ciberseguridad (incluyendo, prevención, protección, detección y respuesta) recae sobre el propio empresario que, probablemente, dispone de conocimiento reducido en esta temática. Afortunadamente, existen iniciativas para ayudar a las empresas en materia de ciberseguridad. Sin embargo, teniendo en cuenta la escasez de tiempo de estos usuarios, probablemente resulte abrumadora la tarea de tener que gestionar la ciberseguridad partiendo de la auto formación.
¿Cuáles son entonces las claves para una transformación digital segura?
• Capacitación, concienciación y formación (básica y adaptativa) para ayudar a los empresarios a gestionar la ciberseguridad de su empresa de forma sencilla.
• Capacidad de llevar a cabo una evaluación y diagnóstico interpretable por los empresarios.
• Acciones de recomendación y asesoramiento que permitan guiar a los empresarios en la labor de proteger su empresa.
• Herramientas usables, adaptativas e interpretables.
En general, esto se traduce en que se debe tener en cuenta al usuario final en todos los aspectos anteriores (p.e. usuario en el centro, mejora de la experiencia de usuario o computación afectiva), pero también las necesidades de cada negocio, así como las restricciones económicas de la empresa.
Además, es necesario que se considere la ciberseguridad como algo transversal e imprescindible, tanto en la formación como en los productos y servicios (desde el diseño hasta el despliegue de estos).
De esta forma, las pymes se verán beneficiadas, incrementando la confianza en ellas, así como su independencia y autonomía. Además, contribuirá a la mejora de la economía y el tejido empresarial, gracias a la minimización de los riesgos y consecuencias de sufrir un ciberataque, pues las pérdidas en el caso de las pymes serían aún mayores y menos asumibles que en el caso de producirse en el entorno de una gran empresa.
¿Cuál es nuestra apuesta?
Acercar la ciberseguridad a las pymes mediante iniciativas que ayuden a su democratización. Creemos que la ciberseguridad debe ser un aspecto más de la digitalización y, por eso, hacemos lo posible por acompañar a las empresas en este proceso de forma cibersegura.
Porque la ciberseguridad no es una opción, sino una necesidad.
No se trata de tener miedo o de frenar el avance, sino de llevar a cabo una implantación de las herramientas de forma segura. Conocer e identificar los riesgos no significa que la tecnología no se pueda adoptar, sino todo lo contrario: garantizar que la inversión merece la pena y que la tecnología se utilizará de forma segura, adecuada y coherente con las necesidades de la empresa.